LEISHMANIA. Un problema en nuestra zona.
La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria transmitida por flebotomos. En la Península Ibérica las principales especies que actúan como vector son P. perniciosus, P. ariasi, P. longicuspis y P. langeroni, siendo las dos primeras las más abundantes en nuestra zona y en la península. Se trata de una zoonosis, es decir, no sólo afecta a perros sino que también puede transmitirse a los seres humanos. Principalmente suelen verse afectadas las personas que están inmunodeprimidas. En España el principal reservorio de este parásito son los perros.
Leishmania spp. es un parásito intracelular que afecta a todo el organismo, así que se manifiesta con una gran variedad de síntomas. Algunos de los más llamativos son anorexia, mal aspecto del pelaje, heridas que tardan en cicatrizar, lesiones oculares, cojeras, inflamación de las articulaciones, fiebre…
Se trata de una enfermedad grave y prácticamente incurable, en la que el tratamiento se basa en intentar dar a nuestras mascotas una mejor calidad de vida. Es por esto que la prevención de la enfermedad es de suma importancia y se basa en evitar la picadura de los flebotomos.
Estos insectos no necesitan la presencia de agua (piscinas, ríos, pantanos) para la cría; habitan en zonas con cierto grado de humedad, (climas húmedos, zonas de riego...), materia orgánica, como alcantarillas, cuadras, madrigueras, césped… Sin embargo no se conocen con exactitud los hábitats de cría, por lo que la lucha está enfocada al control de los mosquitos adultos. Se alimentan de noche, y es la hembra la que sale en busca de vertebrados para alimentarse de su sangre. Por lo que son las noches cuando más debemos proteger a nuestros perros, tanto si son de pelo largo como corto, porque en muchas ocasiones las picaduras aparecen en el hocico.
La prevención de la picadura se lleva a cabo mediante la utilización de insecticidas repelentes que debemos aplicar tanto a animales sanos (para evitar que contraigan la enfermedad), como a animales ya enfermos (para evitar que se propague más el parásito).
En el mercado existen gran cantidad de productos en diferentes formas de presentación (pipetas, spray, collares…). La utilización de unos u otros depende de las necesidades de nuestra mascota, ya que cada producto cubre unos parásitos. Por ejemplo, Bravecto, muy utilizado para la prevención de pulgas y garrapatas, no cubre la picadura del mosquito, por lo que deberíamos complementar la protección con pipetas o collares.
Además de evitar la picadura, podemos aumentar la inmunidad de nuestro perro mediante la administración de la vacuna frente a leishmania.
En el primer año de vacunación se hace un test sanguíneo para asegurarnos de que nuestro perro es negativo a la infección, y se administran tres dosis separadas por 21 días, en años posteriores la revacunación es anual. Estudios han demostrado que esta vacuna consigue evitar la enfermedad en un alto porcentaje.
Por tanto hay que tener claro que la forma más eficaz de lucha frente a la leishmania es la PREVENCIÓN.